El señor Ga había sido tan asiduo, tan dócil y prolongado paciente del doctor Terapéutica que ahora ya era sólo un pie. Extirpados sucesivamente los dientes, las amígdalas, el estómago, un riñón, un pulmón, el bazo, el colon, ahora llegaba el valet del señor Ga a llamar al doctor Terapéutica para que atendiera el pie del señor Ga, que lo mandaba llamar.
El doctor Terapéutica examinó detenidamente el pie y “meneando con grave modo” la cabeza resolvió:
-Hay demasiado pie, con razón se siente mal: le trazaré el corte necesario, a un cirujano.
Buenísimo! Me recordó un cuento de Dino Buzzati que tiene una película también, con Ugo Tognazzi, geniales las dos cosas. No me acuerdo el nombre del cuento, lo tengo en la escuela, si volvemos se los llevo
ResponderEliminarImpactante. Me trae una imagen, de hace muchos años, de una mujer angustiada ante una mutilación anunciada, con lágrimas en sus ojos y al médico, impávido diciendo: "Hay que operar y qué"
ResponderEliminarTu comentario es un cuento aparte!
EliminarMe olvidé de firmar. 18/4 Ana María
ResponderEliminarA mi me impresiona un poco eso de las mutilaciones, me recuerda un cuento de Fontanarrosa, donde el protagonista que era un atleta, se iba haciendo operaciones para sacarse partes del cuerpo y así ser más ligero y correr más rápido.Soy conciente de que son cuentos de humor negro (que a mi me fascinan) pero en estos casos, me da cierto malestar.
ResponderEliminarMARÍA
La escializacion de las especializaciones en la medicina hace que los especialistas se olviden que somos un TODO . Muy buen cuento.
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