Un
inédito de Manuel Puig
Establecimiento
de texto a cargo de Julia Romero. Agradezco a la familia Puig su autorización
para publicar el
presente texto.
Un
destino melodramático (1)
—Señorita
maestra ¿se acordó de lo que le pedí?
—Sí, niña. Fui a
ver en el diccionario y busqué la palabra melodrama. Dice así:
“especie de
drama en que, con recursos vulgares, se procura ante todo mantener la
curiosidad y
emoción del
auditorio”. Entonces busqué la palabra drama y decía: “obra de asunto serio y
generalmente
triste, que conmueve profundamente el ánimo y suele tener desenlace funesto”.
—¿Entonces un
melodrama es un drama hecho por alguien que no supo Señorita?
—No exactamente,
busqué más en la enciclopedia en la parte de teatro, y decía que en
el drama los
conflictos están originados en los defectos o virtudes de los personajes. Cada
personaje tiene
su propio carácter con defectos y virtudes, y de ahí surgen los dramas, porque
se
trata de gente
diferente entre sí, y por eso chocan. En cambio en el melodrama lo que origina
el
conflicto es
alguna intervención del destino, como en “Puerta cerrada”,(2) que
L<ibertad>
L<amarque>
pierde todo en la vida porque un cartero entrega el telegrama a alguien que
salía en
ese momento de
la casa de ella, que era tan buena. Y también era muy buena M <argaret> S
<
ullivan> en
“La usurpadora”,(3) pero se atrasa el cochero que la lleva al puerto y pierde
el barco
y el novio se
cree que ella no vino porque no lo quiere. En el melodrama hay siempre esos
golpes de la
mala suerte. Y los reciben personas buenas. Las protagonistas de los melodramas
son siempre
mujeres muy buenas.
—¿Santas?
— No, una cosa
es ser buena y otra ser santa.
— Señorita, una
tía de mami se quedó soltera también por eso, un golpe de la mala
suerte: le
prestó el vestido a una amiga que entró a la casa de un soltero, y el novio de
la tía de
mami se creyó
que era ella, y la esperó hasta que salió y la mató y se escapó, y nunca nadie
supo
más de él. La
tía de mami nunca más salió de la casa. ¿Pero qué culpa tuyo ella?
—Culpa ninguna,
el destino le mandó la desgracia. Hay gente que se busca la desgracia,
por defectos de
carácter, y esos vendrían a ser personajes de drama ¿entendiste?
—¿Y la tía de
mami no es personaje de drama entonces?
—Según el
diccionario no, es personaje de melodrama. La pobrecita tuvo un destino melodramático.
—¿Y qué hay que hacer para salvarse de un destino melodramático?
—Nada, porque no depende de uno. Te cae y te electrocuta como un rayo, basta no
piensen más en eso.
—No señorita, a mí me da miedo, voy a rezar mucho todas las noches para
salvarme de
un destino melodramático. +
(1) El título es propuesto aquí por falta del mismo en el
manuscrito. Escrito casi íntegramente con bolígrafo
negro, salvo en escasas excepciones. El criterio adoptado para esta edición ha
sido la de establecer la
versión rescatada sin enmiendas. Es la única versión encontrada entre
sus papeles y corresponde, probablemente, a la última etapa del escritor. Se
coloca * cuando la escritura que figura es conjetural. Los
signos angulares indican la terminación de los nombres, donde sólo figuraban
sus iniciales. Corregimos
“Reiner” por “Steiner”, citado en mi artículo “De monólogo al estallido de la
voz”, op. cit.
(2) “Puerta cerrada”, film de Luis Saslavsky, 1939.
(3) “La usurpadora”, título original “Back Street”, de la M.G.M., 1941.
Director: Robert Stevenson.
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Romero, Julia Graciela.- La
imaginación melodramática: Sentimiento y vida nacional
1996, año 1 no. 2-3, p. 237-254 - Orbis Tertius
Cita sugerida:
Romero, J. G. (1996) La imaginación melodramática: Sentimiento y vida nacional.
Orbis Tertius, 1 (2-3), 237-254. En Memoria Académica.
Disponible
en:http://www.fuentesmemoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.2499/p r.2499.pdf
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