miércoles, 27 de enero de 2021

MANUEL PUIG: FRAGMENTOS DE "LA TRAICIÓN DE RITA HAYWORTH

 FRAGMENTOS DE CAPÍTULOS 3 Y 5

Tener en cuenta que en el capítulo 3 la voz narradora es el fluir del pensamiento  del personaje (Toto) cuando tiene 6 años y en el capítulo 5 el mismo personaje con 9 años.


FRAGMENTOS DEL CAPITULO III

TOTO, 1939

El chico de enfrente «¿el Héctor es tu hermano?», mamá da cachetadas que no duelen mucho, al Héctor también pero es más grande que yo, corre más ligero, mamá no lo alcanza y el chico de enfrente «tu papá es el más bueno de todos, más bueno que el mío» porque nunca me pega, al Héctor tampoco le pega y yo una vez la desperté a mamá a la siesta porque me aburro y papá «nunca te he pegado pero el día que te ponga la mano encima te deshago» y  voy a pensar en la cinta que más me gustó porque mamá me dijo que pensara en una cinta para que no me aburriera a la siesta. Romeo y Julieta es de amor, termina mal que se mueren y es triste: una de las cintas que más me gustó. Norma Shearer es una artista que nunca es mala. Mamá pega cachetadas que no duelen mucho y papá pega cachetadas que deshacen. En la comunión del Héctor había una estampita igual a Norma Shearer: una santa con un traje blanco de monja y unas cuantas flores blancas en las manos. La tengo seria, que se ríe y de perfil recortada de todas las revistas, en muchas cintas que no vi. Y la Felisa «contame la cinta de bailes» y le dije mentiras porque no que bailaban ellos dos solos y el viento le levantaba el vestido de tul a ella y las colitas de etiqueta a él, pero que venían unos pajaritos volando despacio y le
levantaban la cola del vestido y las colitas de él y hacían un baile los pajaritos con
ellos porque Ginger Rogers y Fred Astaire con la música se levantan en el aire y el
aire los lleva alto con los pajaritos que los ayudan a dar vueltas cada vez más ligero
¡qué linda esa flor! me parece que la Ginger la quiere, una flor blanca muy alta en un
árbol ¿y se la pide a un pajarito? y el pajarito se hace como que no la oye, cuando les
quiero dar las migas de pan se espantan y me tengo que ir lejos ¿a mí me tienen
miedo? ¿y a mami también? pero hay un pajarito que es el más bueno de todos y cuando la Ginger no lo ve… vuela y corta la flor del árbol y se la pone en el pelo
rubio y después Fred Astaire le canta que está linda con la flor y ella se mira al espejo
y tiene la flor que quería en el pelo, como un prendedor, y llama al pajarito bueno que
le viene a la mano; ella le hace muchas caricias porque el pajarito le hizo ese regalo
de sorpresa. La Felisa se cree todo y es mentira, en la cinta Blancanieves nada más
hay pajaritos amigos, porque es de dibujos animados cuando no son dibujos
animados no se puede hacer venir los pajaritos a la mano que se espantan, tienen
miedo, la paloma de la Choli no tiene miedo, pero los pajaritos son más lindos. La
paloma va hasta la planta de peras y vuelve y hace unas vueltas como en
Blancanieves porque la Choli no se la podía llevar en el tren, que se fue para siempre
a Buenos Aires. «La única amiga que tengo en Vallejos» y se fue. Mamá no tiene otra
amiga, yo estoy cerca y la paloma come, duerme de noche en el jardín en una casita
alta sin puerta. Los pajaritos se bajan a comer el pan con leche que les prepara la
Felisa y muchos juntos se suben al techo y las plantas y vuelven a bajar, y cada vez se
llevan un poco de pancho, pero yo tengo que mirar de lejos. Felisa, ¿no es cierto que
los gatos no van a llegar hasta la casita de la paloma? «a esta paloma no la alcanza
nadie, ni los gatos los caranchos» que mami me jure que no ¿qué son los caranchos,
Felisa? «son pajarracos» ¿cómo son? «grandes, negros, coa pico de gancho» ¿grandes
como qué? no, no son grandes como un gato «más o menos como un gato». ¡Mami!
¡la palomita tiene que dormir conmigo! en el jardín a la noche la casita que no tiene
puerta un carancho negro, con el pico largo de gancho porque los gatos tienen la boca
grande ¿le arranca las plumas con el pico de gancho antes de comerse a la palomita?
No, las palomas no se dejan alcanzar, vuelan ligero, mucho más ligero que los pájaros
malos que son pesados, con la barriga hinchada de comer… ¿canarios? Cuando mami
se levante de la siesta me tiene que jurar que a la palomita no la alcanza nadie, da una
vuelta por acá y por allá, las serpentinas mami las tira mejor que nadie van
desenroscándose y dan más vueltas que un pajarito hasta tocar el suelo, y la Ginger
Rogers da una vuelta entera y por una casa grande con piso de mosaico de dibujos
grandes, que todos los muebles hubo que sacarlos para que la Ginger bailara sin
chocar con nada, sabe zapatear sin rayar el piso. Antes todas las cintas con ella eran
cómicas el sábado vimos la más linda de la Ginger Rogers porque es de bailes y
termina mal, que Fred Astaire se muere en la guerra en el avión estrellado y ella lo
está esperando pero él no llega. Y hay un lío porque lo están esperando que tienen
que bailar juntos en un Beneficio, y entonces ella ve que el amigo gordo le viene a
anunciar una noticia mala y la mira muy triste casi llorando y ella se da cuenta,
entonces se le caen las lágrimas y mira para el escenario donde no hay nadie porque
Fred Astaire ya no viene porque se murió, y ella ve aparecer a ella y él transparentes,
que se imagina que después de muerto siguen bailando y se van cada vez más lejos y
se van naciendo chiquitos y por ahí dan vuelta detrás de unas plantas y ya no se ven
más ¿dónde van, mami? «quiere decir que ella siempre lo sigue queriendo como
cuando bailaban juntos, aunque ahora él esté muerto» ¿la Ginger está triste? «no, porque es como si estuvieran juntos, ya nada los puede separar, ni la guerra, ni nada».
El Héctor no es mi hermano, mamá dice que el Héctor es primo pero la madre está
enferma y el Héctor vive en casa pero no juega conmigo a los cartoncitos. Yo tengo
Romeo y Julieta toda dibujada en los cartoncitos, el lápiz negro para dibujar primero
y después los otros de todos colores para pintar las cintas que mamá dibujó en un
cartón a Romeo, en otro a Julieta, después el balcón y Romeo, que se va subiendo por
la escalerita de soga y Julieta que lo está esperando, y ayer quedó dibujada toda otra
cinta, la de Ginger Rogers y él que se muere, y mami me dijo que si me portaba bien
y no hacía ruido a la siesta me va a hacer otra cinta, la dan este jueves y es la cinta
más linda de bailes que dice mamá que vio unas fotos y es de más lujo que todas las
otras. Se llama El gran Ziegfeld y por suerte este jueves mamá puede ir al cine, no va
a estar de turno en la farmacia. El Héctor no quiere jugar conmigo, se sienta adelante,
en las tres primeras filas del cine se sientan los chicos, y juegan que le pegan al que
está sentado más adelante y el de adelante no sabe quién le pegó porque no estaba
mirando y se desquita con el otro que está atrás pero no le pegó, era el del costado: el
Héctor y todos los chicos se ríen cuando los artistas cantan, uno de los chicos cuando
se murió la artista con la boca se tiró un pedo. Papá no quiere que mamá esté sola, me
siento con mamá que cuesta más caro en las filas de atrás. Uno de los chicos de
Jardín de Infantes estaba sentado en las filas de adelante. Doce años tiene la Pocha
Pérez «vení a la hora de la siesta que te dejo jugar con el pesebre» a la salida de
Romeo y Julieta la Pocha, la madre y la tía estaban en la fila de atrás y mami «yo vi
Romeo y Julieta en teatro en Buenos Aires» y voy a poder volver un día a la siesta
solo a jugar con la Poncha porque vive en la esquina de casa y no tengo que cruzar la
calle «Pocha, entretenelo al nene así podemos hablar un rato con Mita» y a la salida
de Romeo y Julieta la Pocha me mostró el pesebre que lo tiene armado en el comedor
«¡no se toca!» ¿no puedo tocar la vaquita? y como no tengo que cruzar la calle fui a
la casa de la Pocha un día a la siesta: tiene los rulos negros atados y el vestido a
florcitas verdes, tiene dos iguales, uno a florcitas verdes y otro a florcitas azules, la
tía está sentada en la máquina de coser «¿sabes una cosa, Pocha? en el cine había en
la fila de adelante una viejita que lloraba» y la Pocha se ríe ¡la Pocha es mala! «pobre
la viejita, cómo llora» porque yo lloré cuando se mueren Romeo y Julieta y fui a
jugar al pesebre: en el comedor está todo armado y en el jol tiene el piano y me deja
tocar «no podemos jugar al pesebre ni tocar el piano porque están durmiendo la
siesta, vamos a jugar que vos sos el chico y yo la maestra» ¡no! «así aprendes a
contar», no Pocha, ¿cuándo me vas a prestar el pesebre? «no se desarma» después de
la siesta es tarde y tengo que ir al cine con mamá «sos muy chico, no podemos jugar,
a nada porque no sabés» sí, yo sé todos los juegos «sos muy chico» no, con mamá
jugamos a dibujar cintas «juguemos a dormir la siesta» ¿qué hacemos? «juguemos a
que yo estoy durmiendo en la azotea y estoy durmiendo tapada con una frazada pero
sin bombachas puestas, Entonces vos sos un muchacho grande, y venís… y me haces
una cosa» ¿qué cosa? «ése es el juego, tenés que adivinar» si adivino después vamos a jugar al pesebre pero ¿qué te hace el muchacho que se aparece en la azotea? Mamá
bajó la vista, la cinta de asesinatos es impresionante y uno entra en una pieza oscura y
detrás de la puerta está el asesino y con mami bajamos la vista porque es una cinta de
miedo y antes de la cinta larga una vez dieron una cinta corta del fondo del mar y
mamá bajó la vista porque hay una planta que se mueve en el agua clarita del fondo
del mar y tiene todos los pelos que flotan como serpentinas pero «¡bajá la vista!» y yo
miré, fui desobediente cuando se acercaban los pescados chiquitos de todos colores y
pasaban al lado de las plantas carnívoras del fondo del mar. «Jura por tu mamá que no
sabés lo que hacen los muchachos grandes» te lo juro «si un muchacho se subía a la
azotea mientras yo estaba dormida, me sacaba la frazada y me cogía». ¿Qué quiere
decir cogía? «es una cosa mala que no se puede hacer, se puede jugar nomás, porque
si una chica lo hace está perdida, está terminada para siempre». Yo en vez de bajar la
vista miré porque en el agua clarita del fondo del mar esos pelos como serpentinas
que flotan se juntan de golpe y los pescaditos que van pasando por entre esos pelos
quedan agarrados. «No me preguntes más porque no te lo voy a decir» la Pocha mala
no me quiere decir qué le hacía el muchacho con los pelos «si no lo sabés lo que
quiere decir no podemos jugar, sos muy chico». Pocha decime qué quiere decir cogía
«no podemos jugar a eso, tiene que ser un muchacho grande, con pelos en el pito» y
no le dije a la Pocha que yo había visto una cinta del fondo del mar con la planta llena
de pelos que se come a los pescaditos de colores, Pocha, entonces podemos jugar a
que yo soy la chica y vos sos el muchacho, porque yo no sé cómo se hace y así
aprendo, y la Pocha «sí»: me acuesto en la alfombra como que estoy durmiendo en la
azotea y la Pocha ese día tenía puesto el vestido de florcitas verdes, viene de atrás
caminando despacito y ¿quién está espiando por la puerta un poquito abierta? ¡la tía
de la Pocha se está riendo de mí! con los rulos atados también y le pregunté qué
quiere decir cogía. «Pocha, sos una puerca» y la tía se volvió a la cocina. «Sos muy
chico para jugar conmigo» y a la Pocha no le puedo pegar porque soy más chico, que
si no le cortaba los rulos con la tijera de recortar artistas y después le hacía meter en
la boca los rulos duros que se los comiera. Y después le decía «Pocha, come este
bombón» y lo que le dada era caca dura de perro que encontré por la calle. Porque
por culpa de ella la Felisa me pegó. Si ahora no fuera la hora de la siesta podría ir a
jugar al pesebre pero está la Pocha, no me quiso decir qué era «cogía». ¿Qué le hacía
con los pelos? «el muchacho me mete el pito en el agujerito de la cola y no me deja
ir, yo ya no me podía mover y él se aprovechaba y me “cogía”». Y que la «cogía» no
me quiere decir qué es. Los pelos son los que se comen a los pescaditos en la cinta
del fondo del mar. Los pelos largos primero se mueven blanditos en el agua y ¿los
pescaditos que se habían acercado? «Toto, ¡bajá la vista!» ¡ya no se ven más! porque
la planta de pelos se los tragó. La chica que lo hace está perdida, está terminada para
siempre, el muchacho grande viene, se acerca, ve que la Pocha duerme, le levanta
despacio el vestido a florcitas verdes, ¡y la Pocha se olvidó de ponerse bombachas! y
para que no se mueva el muchacho le mete el pito en el agujerito de la cola y le va pasando los pelos, que si la Pocha se queda quieta como un pescadito los pelos del
chico le van comiendo todo el traste, y después la barriga, y el corazón, y las orejas, y
poco a poco se la come toda. La cadenita de oro, los moños del pelo, los zapatos y las
medias, el vestido a florcitas verdes y la camiseta quedan tirados en el suelo sin nada
dentro. La Pocha está perdida, está terminada para siempre, no se ve nunca más. El
otro vestido a florcitas azules queda colgado en el ropero. ¡Paf! la cachetada que me
dio la Felisa, que nunca me pega. La leña se está quemando en la hornalla de la
cocina envuelta en papel le acerco un fósforo y se prendió fuego enseguida y se va
cortando sola en pedazos de dulce de zapallo que tengo ganas de comerlos y son de
fuego al revolverlos con un cuchillo los carbones de dulce se parten en pedazos más
chicos y salen chispas «¡te vas a quemar!» la Felisa no quiere que revuelva la leña en
la hornalla «¡te dije que te quedes quieto!» que mami estaba de turno en la farmacia y
papi hacía cuentas en el escritorio y la Felisa me quitó el cuchillo «¡Felisa cara de
cogía!» y la Felisa me dio una cachetada. ¡Mamá! «¿quién te enseñó esa palabra?»
«señora, este chico se porta cada vez peor», «a la madre de la Pocha no le quiero
decir nada, pero a la Pocha le voy a dar un buen reto», «este chico está muy
desobediente, Berto», «sí, el domingo a la mañana empieza el Baby-Fútbol» ¡no
quiero ir! «este chico está muy desobediente, lo voy a anotar en el Baby-Fútbol así se
entretiene con los otros chicos», «todo el día acá nos saca de quicio», «no hace caso
cuando se le dice algo» porque se murió tío Perico. Yo no quise ir más a Jardín de
Infantes y me puse a jugar con los cartoncitos, pero no estaba jugando a la cinta del
fondo del mar que se morían los pescaditos el día que se murió tío Perico «Toto, deja
de jugar, hace un rato murió tío Perico» con los cartoncitos más lindos de Romeo y
Julieta
todos puestos en fila sobre el mosaico del jol pero papá «pobre tío Perico se
murió, vení a vestirte y tenés que estar callado y no hablar fuerte ni cantar» porque
mamá no puede dibujar la cinta del fondo del mar cuando bajó la vista. Tío Perico,
siempre en el bar con los del campo, después de la feria de los novillos van a jugar al
truco, no van nunca al cine y las plantas del fondo del mar es una lástima que se
coman a los pescaditos lindos de todos colores, se tendrían que comer a los pescados
malos y a los pescados viejos con cara de pulpos y de tiburones pero en los
cartoncitos mamá dice que la cinta que más lujosa va a quedar es El gran Ziegfeld
que por fin la van a dar el jueves. «¡Te dije que dejaras de jugar! ¿no estás triste que
se murió tío Perico? ¡sos desobediente y caprichoso, y lo peor es que veo que no
querés a nadie!». No me dieron una cachetada, papá si me pone la mano encima me
deshace y al chico de enfrente la madre le baja el pantalón y le da chirlos en el traste
pero no lloré cuando murió tío Perico. Shirley Temple es chiquita pero es artista y es
siempre buena, que la quieren todos mucho y tiene un abuelo malo de pelo largo
blanco, en una cinta, y fuma en una pipa que al principio ni la mira y después la
empieza a querer porque es buena. Y no dijo mentiras. Al que es desobediente no le
crecen las orejas de burro, la colita crece de decir mentiras. Si al chico de enfrente se
le muere el tío me parece que no le van a crecer orejas. Pero al que lo agarran los gitanos la madre no lo conoce más porque lo pintan de carbón. En el colegio está la
maestra con el puntero, al que no sabe contar hasta cien le da un punterazo en cada
oreja y el chico se mira al espejo para verse las orejas que crecen hasta que son orejas
de burro y si le digo «maestra, cara de cogía» agarra otra vez el puntero pero ahora es
para matarme y salto por la ventana que estoy enredado, a la pierna de la maestra ¡la
colita larga me creció cuando dije que había ido al baño de los varones en la
Intendencia! Ahora la colita está más larga que nunca y no puedo saltar ¡y ya se
acerca la maestra con el puntero en la mano! ¡Si la Felisa viene en la cocina a darme
otra cachetada salto y me escapo porque no tiene puntero y yo hago tanta fuerza al
dar un salto muy grande por la ventana, para no caer a la laguna del Parque Municipal
y hay que tener cuidado que en el fondo puede haber plantas de cogía. Y salto… y
voy casi volando… ¿detrás de la laguna está el corral del gitano y me caigo adentro?
Entonces digo que soy un pescadito y me voy a caer a la pecera, glu, glu, glu grito
fuerte y ¿mamá me está buscando porque ya es la hora de ir al cine? mamá me busca
y no me encuentra y va a buscarme al baño del cine, pero no estoy en el baño de las
mujeres y al baño de los varones no puede entrar! pero dan una cinta linda y se queda
a verla y se oyen gritos de pescaditos que llegan lejos y mamá «qué mal se porta ese
pescadito, no quiere a nadie, que se murió el tío y el pescadito no lloró, se volvió a
jugar». Y no grito porque se abre una puerta: el gitano entra, viene caminando
despacio, agarra a una nena robada, y ¿le pega una cachetada? ¿le baja las bombachas
y le da unos chirlos en el traste? no, el gitano es malo, se baja los pantalones y los
calzoncillos, le mete el pito en la cola a la nena y cuando la pobre nena ya no se
puede mover se la pasa por los pelos y poco a poco se la va comiendo toda, primero
una pierna, después una mano y la otra pierna y el culito gordo. Y atada a un carro
cerca de los caballos está la Shirley Temple. Pero yo no soy un pescadito malo, yo
soy un pescadito bueno y le desato la soga y la Shirley Temple se escapa. Porque yo
voy a ser bueno como la Shirley. Las ventanas del colegio son muy altas pero le voy a
decir a mamá que cuando salga de compras se ponga en puntas de pie y va a alcanzar
a verme en la clase, tiene que pasar todos los días, se lo voy a hacer jurar a mamá, y
yo le prometo que me porto bien, y a la salida me viene a buscar. El día de mi
cumpleaños nos compramos una torta y después vamos al cine a ver una cinta de
bailes y si me vienen ganas de hacer pis me lleva al baño de las mujeres ¡y ya dije
una mentira! que fui al baño de los varones, entonces no puedo ir al baño de las
mujeres, porque entonces me crece la colita y por suerte los chicos en el patio del
cine pueden hacer pis y nadie les dice nada, aunque el chorrito de pis hace un hoyito
en la tierra y queda el patio con algunos charcos de barro y mamá mira donde va
pisando y no pone el pie en el barro y yo me pongo a hacer pis… si no está la nena
grande del vestido duro que pincha… y es mala… y puede agarrar barro de los
charquitos y me pinta la cara de negro… pero yo me escondo en el baño de las
mujeres y la nena me alcanza y de penitencia me pone una pollerita por haberme
metido en el baño de las mujeres… ¡mami! ¿ya empezó la cinta y está oscuro adentro del cine? mami me estará esperando adentro sentada en la butaca ¡entonces yo grito
para que me venga a salvar! «¿quién es esa negrita que está gritando? ayer gritaba un
pescadito que se escapó y el dueño vino y lo metió en la pecera, y ahora se llevan a la
negrita que se escapó y tiene que ir a cuidar al pescadito y los dos van a llorar toda la
noche y mejor cierro la ventana porque lo van a despertar a Berto, que los ruidos lo
ponen nervioso». La negrita y el pescadito están en el corral del gitano. Están negros
de tierra y barro y pelos de cola de los caballos. Los portones están cerrados con llave
y pasador. Y ya está empezando la cinta de bailes y mamá está triste porque yo me la
voy a perder, el primer número no es el más lindo, es un zapateo y nada más, el
número más lujoso de todos es al final ¿cómo será el número más lujoso de todos? se
sube el telón y queda otro telón brilloso y se sube ese otro telón y ya queda el último
telón que quiere decir que ya va a empezar el baile más lujoso de todos y yo no me lo
pierdo: ¡qué viento fuerte! y un portón se abre por el viento tan fuerte y se escapan la
negrita y el pescadito, qué suerte, corren lo más ligero que pueden porque el gitano
los sigue y la negrita y el pescadito tienen que saltar la laguna del Parque Municipal
ancha de agua sucia negra y pegan un salto pero son chiquitos y se caen y el gitano
no los ve porque cayeron debajo del agua negra y el gitano sigue corriendo y nunca
nadie más lo volvió a ver. Cuando ya están todas las bailarinas en fila es el principio
del último número, todo va a quedar dibujado en los cartoncitos: la cinta más lujosa
de toda la colección, pero mami sale triste del cine porque yo no estoy. Mamá lloró
una vez que íbamos los dos caminando por la calle pero no me acuerdo por qué.
¿Cuándo? ¿Por qué lloras, mami? no me dice, pero la negrita y el pescadito están
muertos flotando en la laguna, y por suerte después que se estrelló el avión Ginger
Rogers y Fred Astaire bailan transparentes en el recuerdo, que ya no los separa nadie
más: ni la guerra ni nada, cuando mami se levante de la siesta le voy a decir que no
hice ruido y me porté bien. La Felisa nunca más me dio una cachetada porque me
porto bien. El pescadito y la negrita después de muertos van a estar transparentes en
el cielo pero no quiero que mamá los dibuje en los cartoncitos, van a quedar feos
transparentes todos sucios ¿un pajarito es más lindo? ¿se murió algún pajarito? ¿el
canario del chico de enfrente? ¡no! ¡mami no lo va dibujar! otro pajarito, en el
recuerdo, que está transparente en el cielo, entonces mami se da cuenta que está
muerto y todos los días cuando volvemos del cine miramos para arriba cerca de las
plantas de peras y le contamos la cinta, quién trabajaba y los números de baile, que
así no se queda con las ganas de verlo: alto desde las nubes se ve todo chiquito en
Vallejos, y el gitano ya no está más en el corral. Lo mejor es estar en las nubecitas
con los otros pajaritos de la Ginger y jugamos todo el día, la maestra con el puntero
está chiquita abajo en la escuela, y la Pocha en la cocina con la tía. A las nubes llegan
nada más que los pajaritos, que se comen migas grandes de tortas que les manda la
Felisa ¿y nada más? no, porque no hay pájaros negros grandes como gatos con picos
de gancho, se lo voy a hacer jurar a mamá.

 

…………………

 

FRAGMENTOS DEL CAPITULO V

TOTO, 1942

Rita Hayworth en Sangre y arena canta en castellano y a papá le gustó, que ese día era a
beneficio de la Sociedad Española: el gallego Fernández vino a casa a vender
entradas y papá se compró para él también. A papá no le va a gustar, ay qué miedo,
no le va a gustar, y ¡sí! muchísimo, que salió contento de haber ido y «ahora voy a
venir siempre con ustedes al cine», que viendo la cinta se había olvidado de todas las
cuentas del negocio, y salíamos del cine caminando y papá decía que le gustaba Rita
Hayworth más que ninguna artista, y a mí me empieza a gustar más que ninguna
también, a papá le gusta cuando le hacía «toro, toro» a Tyrone Power, él arrodillado
como un bobo y ella de ropa transparente que se veía el corpiño, y se le acercaba para
jugar al toro, pero se reía de él, que al final lo deja. Y a veces pone cara de mala, es
una artista linda pero que hace traiciones. Y decime papá todas las otras partes que te
gustaron, cuál artista te gusta más. ¿Rita Hayworth? y así íbamos a hablar toda la
cena de la cinta, ¿y no sería como verla de nuevo? y mejor todavía era si íbamos a la
confitería «La Unión» tomando un cívico con sánguches, que si pasan Alicita y la
madre yo quería que lo vieran a papá que estaba todo vestido con la camisa blanca y
el traje azul marino que nunca se pone, y la cara linda sin la barba y el pelo con
gomina. Y ya se lo estaba por decir que fuéramos a la confitería pero en la esquina del cine estaban los empleados del negocio y lo empecé a tironear a papá pero agarró
para donde estaban ellos y a decirles que fueran a ver la película y que por radio
transmitían la pelea del campeonato, y el campeonato y el campeonato, y yo le dije a
mamá que fuéramos a la confitería y mamá me miró que me callara, que si íbamos
teníamos que invitar a todos y pagarles y yo se lo iba a decir lo mismo a papá sin que
me oyeran los otros pero papá les dijo que vinieran a casa que algo comían, unos
chorizos y un poco de vino y escuchaban la pelea y nada más que hablar de la pelea y
esos tontos por la pelea no fueron a ver a la noche Sangre y arena que si íbamos con
papá a la confitería hubiese sido lo más fantástico que hay, comiendo los sánguches
de miga que son los más caros. Y después no volvió más a ir al cine, que dice que
aunque vaya se le pasan por delante todas las cuentas del negocio con los pagarés y
los vencimientos y no ve la cinta. Pero Sangre y arena la había podido ver. ¿Le gustó
Sangre y arena a la maestra de primer grado? ganas de ir a convidarla con caramelos
y mamá no me dejó. En las butacas de más atrás de todo con el marido de la nariz
torcida. Llegué tarde al colegio el primer día de clase que hasta última hora me
parecía que tenía ganas de hacer caca, primer grado y estaba la maestra con el
guardapolvo apretado de cinturita de corsé de Lo que el viento se llevó y los tacos en
punta de pies y los rulos y la cara linda de las bailarinas que bailan en fila, no la cara
traicionera de Rita Hayworth: papá dice que es la más linda de todas. Voy a escribir
en letras grandes R. de Rita y H. en letras grandes, le dibujo de fondo un peinetón y
algunas castañuelas. Pero en Sangre y arena traiciona al muchacho bueno. No quiero
dibujar R. H. en letras grandes. Y ya estaban empezadas las clases y «niño pase al
pizarrón» que de lejos parecía negro lisito pero de cerca era lleno de pozos. La
maestra con la mano de ella me lleva la mano y quedaron en el pizarrón dibujados los
palotes, y por ahí me soltó la mano que en la mano tenía un anillo tan grande la
maestra y le vi los dientes porque se estaba riendo y quedó dibujada otra fila de
palotes en el pizarrón. Mamá no se quiso nunca poner los tacos altos como ella y yo
no me daba vuelta a hacer bochinche con los chicos, siempre hay que mirar a la
maestra, pintados los ojos con las cejas de hilito y los rulos negros en la frente con la
peineta de piedritas y todas las vueltas del delantal y los tacos altos en punta de pie,
que con brillo de dorado en los aros y el anillo, brillo de piedritas en la peineta y
brillo de ganas de comer de dulce de ciruela en los dedos de los pies pintados con
esmalte. Y en el cine siempre de lejos la saludo y ella me hace una risita y mamá no
quiere nunca acercarse a quedarnos parados charlando un rato con la maestra de
primer grado.

 


¿NO HAY OTRO LUGAR DONDE PODAMOS ENCONTRARNOS?

  E ra una fría mañana gris y el aire era como el humo. En esta inversión de los elementos que se produce a veces, el cielo gris, suave y ap...