FRAGMENTOS DE CAPÍTULOS 3 Y 5
Tener en cuenta que en el capítulo 3 la voz narradora es el fluir del pensamiento del personaje (Toto) cuando tiene 6 años y en el capítulo 5 el mismo personaje con 9 años.
FRAGMENTOS DEL
CAPITULO III
TOTO, 1939
El chico de enfrente «¿el Héctor es tu hermano?»,
mamá da cachetadas que no duelen mucho, al Héctor también pero es más grande
que yo, corre más ligero, mamá no lo alcanza y el chico de enfrente «tu papá es
el más bueno de todos, más bueno que el mío» porque nunca me pega, al Héctor
tampoco le pega y yo una vez la desperté a mamá a la siesta porque me aburro y
papá «nunca te he pegado pero el día que te ponga la mano encima te deshago» y voy a pensar en la cinta que más me gustó
porque mamá me dijo que pensara en una cinta para que no me aburriera a la
siesta. Romeo y Julieta es de amor, termina mal que se mueren y es triste:
una de las cintas que más me gustó. Norma Shearer es una artista que nunca es
mala. Mamá pega cachetadas que no duelen mucho y papá pega cachetadas que
deshacen. En la comunión del Héctor había una estampita igual a Norma Shearer:
una santa con un traje blanco de monja y unas cuantas flores blancas en las
manos. La tengo seria, que se ríe y de perfil recortada de todas las revistas,
en muchas cintas que no vi. Y la Felisa «contame la cinta de bailes» y le dije
mentiras porque no que bailaban ellos dos solos y el viento le levantaba el
vestido de tul a ella y las colitas de etiqueta a él, pero que venían unos
pajaritos volando despacio y le
levantaban la cola del vestido y las colitas de él y
hacían un baile los pajaritos con
ellos porque Ginger Rogers y Fred Astaire con la
música se levantan en el aire y el
aire los lleva alto con los pajaritos que los ayudan
a dar vueltas cada vez más ligero
¡qué linda esa flor! me parece que la Ginger la
quiere, una flor blanca muy alta en un
árbol ¿y se la pide a un pajarito? y el pajarito se
hace como que no la oye, cuando les
quiero dar las migas de pan se espantan y me tengo
que ir lejos ¿a mí me tienen
miedo? ¿y a mami también? pero hay un pajarito que
es el más bueno de todos y cuando la Ginger no lo ve… vuela y corta la flor del
árbol y se la pone en el pelo
rubio y después Fred Astaire le canta que está linda
con la flor y ella se mira al espejo
y tiene la flor que quería en el pelo, como un
prendedor, y llama al pajarito bueno que
le viene a la mano; ella le hace muchas caricias
porque el pajarito le hizo ese regalo
de sorpresa. La Felisa se cree todo y es mentira, en
la cinta Blancanieves nada más
hay pajaritos amigos, porque es de dibujos animados
cuando no son dibujos
animados no se puede hacer venir los pajaritos a la
mano que se espantan, tienen
miedo, la paloma de la Choli no tiene miedo, pero
los pajaritos son más lindos. La
paloma va hasta la planta de peras y vuelve y hace
unas vueltas como en
Blancanieves porque la Choli no
se la podía llevar en el tren, que se fue para siempre
a Buenos Aires. «La única amiga que tengo en
Vallejos» y se fue. Mamá no tiene otra
amiga, yo estoy cerca y la paloma come, duerme de
noche en el jardín en una casita
alta sin puerta. Los pajaritos se bajan a comer el
pan con leche que les prepara la
Felisa y muchos juntos se suben al techo y las
plantas y vuelven a bajar, y cada vez se
llevan un poco de pancho, pero yo tengo que mirar de
lejos. Felisa, ¿no es cierto que
los gatos no van a llegar hasta la casita de la
paloma? «a esta paloma no la alcanza
nadie, ni los gatos los caranchos» que mami me jure
que no ¿qué son los caranchos,
Felisa? «son pajarracos» ¿cómo son? «grandes,
negros, coa pico de gancho» ¿grandes
como qué? no, no son grandes como un gato «más o
menos como un gato». ¡Mami!
¡la palomita tiene que dormir conmigo! en el jardín
a la noche la casita que no tiene
puerta un carancho negro, con el pico largo de
gancho porque los gatos tienen la boca
grande ¿le arranca las plumas con el pico de gancho
antes de comerse a la palomita?
No, las palomas no se dejan alcanzar, vuelan ligero,
mucho más ligero que los pájaros
malos que son pesados, con la barriga hinchada de
comer… ¿canarios? Cuando mami
se levante de la siesta me tiene que jurar que a la
palomita no la alcanza nadie, da una
vuelta por acá y por allá, las serpentinas mami las
tira mejor que nadie van
desenroscándose y dan más vueltas que un pajarito
hasta tocar el suelo, y la Ginger
Rogers da una vuelta entera y por una casa grande
con piso de mosaico de dibujos
grandes, que todos los muebles hubo que sacarlos
para que la Ginger bailara sin
chocar con nada, sabe zapatear sin rayar el piso.
Antes todas las cintas con ella eran
cómicas el sábado vimos la más linda de la Ginger
Rogers porque es de bailes y
termina mal, que Fred Astaire se muere en la guerra
en el avión estrellado y ella lo
está esperando pero él no llega. Y hay un lío porque
lo están esperando que tienen
que bailar juntos en un Beneficio, y entonces ella
ve que el amigo gordo le viene a
anunciar una noticia mala y la mira muy triste casi
llorando y ella se da cuenta,
entonces se le caen las lágrimas y mira para el
escenario donde no hay nadie porque
Fred Astaire ya no viene porque se murió, y ella ve
aparecer a ella y él transparentes,
que se imagina que después de muerto siguen bailando
y se van cada vez más lejos y
se van naciendo chiquitos y por ahí dan vuelta
detrás de unas plantas y ya no se ven
más ¿dónde van, mami? «quiere decir que ella siempre
lo sigue queriendo como
cuando bailaban juntos, aunque ahora él esté muerto»
¿la Ginger está triste? «no, porque es como si estuvieran juntos, ya nada los
puede separar, ni la guerra, ni nada».
El Héctor no es mi hermano, mamá dice que el Héctor
es primo pero la madre está
enferma y el Héctor vive en casa pero no juega
conmigo a los cartoncitos. Yo tengo
Romeo y Julieta toda dibujada en los cartoncitos, el lápiz negro
para dibujar primero
y después los otros de todos colores para pintar las
cintas que mamá dibujó en un
cartón a Romeo, en otro a Julieta, después el balcón
y Romeo, que se va subiendo por
la escalerita de soga y Julieta que lo está
esperando, y ayer quedó dibujada toda otra
cinta, la de Ginger Rogers y él que se muere, y mami
me dijo que si me portaba bien
y no hacía ruido a la siesta me va a hacer otra cinta,
la dan este jueves y es la cinta
más linda de bailes que dice mamá que vio unas fotos
y es de más lujo que todas las
otras. Se llama El gran Ziegfeld y por suerte este jueves mamá puede ir al cine, no
va
a estar de turno en la farmacia. El Héctor no quiere
jugar conmigo, se sienta adelante,
en las tres primeras filas del cine se sientan los
chicos, y juegan que le pegan al que
está sentado más adelante y el de adelante no sabe
quién le pegó porque no estaba
mirando y se desquita con el otro que está atrás
pero no le pegó, era el del costado: el
Héctor y todos los chicos se ríen cuando los
artistas cantan, uno de los chicos cuando
se murió la artista con la boca se tiró un pedo.
Papá no quiere que mamá esté sola, me
siento con mamá que cuesta más caro en las filas de
atrás. Uno de los chicos de
Jardín de Infantes estaba sentado en las filas de
adelante. Doce años tiene la Pocha
Pérez «vení a la hora de la siesta que te dejo jugar
con el pesebre» a la salida de
Romeo y Julieta la Pocha, la madre y la tía estaban en la fila de
atrás y mami «yo vi
Romeo y Julieta en teatro en Buenos Aires» y voy a poder volver un
día a la siesta
solo a jugar con la Poncha porque vive en la esquina
de casa y no tengo que cruzar la
calle «Pocha, entretenelo al nene así podemos hablar
un rato con Mita» y a la salida
de Romeo y Julieta la Pocha me mostró el pesebre que lo tiene armado en
el comedor
«¡no se toca!» ¿no puedo tocar la vaquita? y como no
tengo que cruzar la calle fui a
la casa de la Pocha un día a la siesta: tiene los
rulos negros atados y el vestido a
florcitas verdes, tiene dos iguales, uno a florcitas
verdes y otro a florcitas azules, la
tía está sentada en la máquina de coser «¿sabes una
cosa, Pocha? en el cine había en
la fila de adelante una viejita que lloraba» y la
Pocha se ríe ¡la Pocha es mala! «pobre
la viejita, cómo llora» porque yo lloré cuando se
mueren Romeo y Julieta y fui a
jugar al pesebre: en el comedor está todo armado y
en el jol tiene el piano y me deja
tocar «no podemos jugar al pesebre ni tocar el piano
porque están durmiendo la
siesta, vamos a jugar que vos sos el chico y yo la
maestra» ¡no! «así aprendes a
contar», no Pocha, ¿cuándo me vas a prestar el
pesebre? «no se desarma» después de
la siesta es tarde y tengo que ir al cine con mamá
«sos muy chico, no podemos jugar,
a nada porque no sabés» sí, yo sé todos los juegos
«sos muy chico» no, con mamá
jugamos a dibujar cintas «juguemos a dormir la
siesta» ¿qué hacemos? «juguemos a
que yo estoy durmiendo en la azotea y estoy
durmiendo tapada con una frazada pero
sin bombachas puestas, Entonces vos sos un muchacho
grande, y venís… y me haces
una cosa» ¿qué cosa? «ése es el juego, tenés que
adivinar» si adivino después vamos a jugar al pesebre pero ¿qué te hace el
muchacho que se aparece en la azotea? Mamá
bajó la vista, la cinta de asesinatos es
impresionante y uno entra en una pieza oscura y
detrás de la puerta está el asesino y con mami
bajamos la vista porque es una cinta de
miedo y antes de la cinta larga una vez dieron una
cinta corta del fondo del mar y
mamá bajó la vista porque hay una planta que se
mueve en el agua clarita del fondo
del mar y tiene todos los pelos que flotan como
serpentinas pero «¡bajá la vista!» y yo
miré, fui desobediente cuando se acercaban los
pescados chiquitos de todos colores y
pasaban al lado de las plantas carnívoras del fondo
del mar. «Jura por tu mamá que no
sabés lo que hacen los muchachos grandes» te lo juro
«si un muchacho se subía a la
azotea mientras yo estaba dormida, me sacaba la
frazada y me cogía». ¿Qué quiere
decir cogía? «es una cosa mala que no se puede
hacer, se puede jugar nomás, porque
si una chica lo hace está perdida, está terminada
para siempre». Yo en vez de bajar la
vista miré porque en el agua clarita del fondo del
mar esos pelos como serpentinas
que flotan se juntan de golpe y los pescaditos que
van pasando por entre esos pelos
quedan agarrados. «No me preguntes más porque no te
lo voy a decir» la Pocha mala
no me quiere decir qué le hacía el muchacho con los
pelos «si no lo sabés lo que
quiere decir no podemos jugar, sos muy chico». Pocha
decime qué quiere decir cogía
«no podemos jugar a eso, tiene que ser un muchacho
grande, con pelos en el pito» y
no le dije a la Pocha que yo había visto una cinta
del fondo del mar con la planta llena
de pelos que se come a los pescaditos de colores,
Pocha, entonces podemos jugar a
que yo soy la chica y vos sos el muchacho, porque yo
no sé cómo se hace y así
aprendo, y la Pocha «sí»: me acuesto en la alfombra
como que estoy durmiendo en la
azotea y la Pocha ese día tenía puesto el vestido de
florcitas verdes, viene de atrás
caminando despacito y ¿quién está espiando por la
puerta un poquito abierta? ¡la tía
de la Pocha se está riendo de mí! con los rulos
atados también y le pregunté qué
quiere decir cogía. «Pocha, sos una puerca» y la tía
se volvió a la cocina. «Sos muy
chico para jugar conmigo» y a la Pocha no le puedo
pegar porque soy más chico, que
si no le cortaba los rulos con la tijera de recortar
artistas y después le hacía meter en
la boca los rulos duros que se los comiera. Y
después le decía «Pocha, come este
bombón» y lo que le dada era caca dura de perro que
encontré por la calle. Porque
por culpa de ella la Felisa me pegó. Si ahora no
fuera la hora de la siesta podría ir a
jugar al pesebre pero está la Pocha, no me quiso
decir qué era «cogía». ¿Qué le hacía
con los pelos? «el muchacho me mete el pito en el
agujerito de la cola y no me deja
ir, yo ya no me podía mover y él se aprovechaba y me
“cogía”». Y que la «cogía» no
me quiere decir qué es. Los pelos son los que se
comen a los pescaditos en la cinta
del fondo del mar. Los pelos largos primero se
mueven blanditos en el agua y ¿los
pescaditos que se habían acercado? «Toto, ¡bajá la
vista!» ¡ya no se ven más! porque
la planta de pelos se los tragó. La chica que lo
hace está perdida, está terminada para
siempre, el muchacho grande viene, se acerca, ve que
la Pocha duerme, le levanta
despacio el vestido a florcitas verdes, ¡y la Pocha
se olvidó de ponerse bombachas! y
para que no se mueva el muchacho le mete el pito en
el agujerito de la cola y le va pasando los pelos, que si la Pocha se queda
quieta como un pescadito los pelos del
chico le van comiendo todo el traste, y después la
barriga, y el corazón, y las orejas, y
poco a poco se la come toda. La cadenita de oro, los
moños del pelo, los zapatos y las
medias, el vestido a florcitas verdes y la camiseta
quedan tirados en el suelo sin nada
dentro. La Pocha está perdida, está terminada para
siempre, no se ve nunca más. El
otro vestido a florcitas azules queda colgado en el
ropero. ¡Paf! la cachetada que me
dio la Felisa, que nunca me pega. La leña se está
quemando en la hornalla de la
cocina envuelta en papel le acerco un fósforo y se
prendió fuego enseguida y se va
cortando sola en pedazos de dulce de zapallo que
tengo ganas de comerlos y son de
fuego al revolverlos con un cuchillo los carbones de
dulce se parten en pedazos más
chicos y salen chispas «¡te vas a quemar!» la Felisa
no quiere que revuelva la leña en
la hornalla «¡te dije que te quedes quieto!» que
mami estaba de turno en la farmacia y
papi hacía cuentas en el escritorio y la Felisa me
quitó el cuchillo «¡Felisa cara de
cogía!» y la Felisa me dio una cachetada. ¡Mamá!
«¿quién te enseñó esa palabra?»
«señora, este chico se porta cada vez peor», «a la
madre de la Pocha no le quiero
decir nada, pero a la Pocha le voy a dar un buen
reto», «este chico está muy
desobediente, Berto», «sí, el domingo a la mañana
empieza el Baby-Fútbol» ¡no
quiero ir! «este chico está muy desobediente, lo voy
a anotar en el Baby-Fútbol así se
entretiene con los otros chicos», «todo el día acá
nos saca de quicio», «no hace caso
cuando se le dice algo» porque se murió tío Perico.
Yo no quise ir más a Jardín de
Infantes y me puse a jugar con los cartoncitos, pero
no estaba jugando a la cinta del
fondo del mar que se morían los pescaditos el día
que se murió tío Perico «Toto, deja
de jugar, hace un rato murió tío Perico» con los
cartoncitos más lindos de Romeo y
Julieta todos puestos en
fila sobre el mosaico del jol pero papá «pobre tío Perico se
murió, vení a vestirte y tenés que estar callado y
no hablar fuerte ni cantar» porque
mamá no puede dibujar la cinta del fondo del mar
cuando bajó la vista. Tío Perico,
siempre en el bar con los del campo, después de la
feria de los novillos van a jugar al
truco, no van nunca al cine y las plantas del fondo
del mar es una lástima que se
coman a los pescaditos lindos de todos colores, se
tendrían que comer a los pescados
malos y a los pescados viejos con cara de pulpos y
de tiburones pero en los
cartoncitos mamá dice que la cinta que más lujosa va
a quedar es El gran Ziegfeld
que por fin la van a dar el jueves. «¡Te dije que
dejaras de jugar! ¿no estás triste que
se murió tío Perico? ¡sos desobediente y caprichoso,
y lo peor es que veo que no
querés a nadie!». No me dieron una cachetada, papá
si me pone la mano encima me
deshace y al chico de enfrente la madre le baja el
pantalón y le da chirlos en el traste
pero no lloré cuando murió tío Perico. Shirley
Temple es chiquita pero es artista y es
siempre buena, que la quieren todos mucho y tiene un
abuelo malo de pelo largo
blanco, en una cinta, y fuma en una pipa que al
principio ni la mira y después la
empieza a querer porque es buena. Y no dijo
mentiras. Al que es desobediente no le
crecen las orejas de burro, la colita crece de decir
mentiras. Si al chico de enfrente se
le muere el tío me parece que no le van a crecer
orejas. Pero al que lo agarran los gitanos la madre no lo conoce más porque lo
pintan de carbón. En el colegio está la
maestra con el puntero, al que no sabe contar hasta
cien le da un punterazo en cada
oreja y el chico se mira al espejo para verse las
orejas que crecen hasta que son orejas
de burro y si le digo «maestra, cara de cogía»
agarra otra vez el puntero pero ahora es
para matarme y salto por la ventana que estoy
enredado, a la pierna de la maestra ¡la
colita larga me creció cuando dije que había ido al
baño de los varones en la
Intendencia! Ahora la colita está más larga que
nunca y no puedo saltar ¡y ya se
acerca la maestra con el puntero en la mano! ¡Si la
Felisa viene en la cocina a darme
otra cachetada salto y me escapo porque no tiene
puntero y yo hago tanta fuerza al
dar un salto muy grande por la ventana, para no caer
a la laguna del Parque Municipal
y hay que tener cuidado que en el fondo puede haber
plantas de cogía. Y salto… y
voy casi volando… ¿detrás de la laguna está el
corral del gitano y me caigo adentro?
Entonces digo que soy un pescadito y me voy a caer a
la pecera, glu, glu, glu grito
fuerte y ¿mamá me está buscando porque ya es la hora
de ir al cine? mamá me busca
y no me encuentra y va a buscarme al baño del cine,
pero no estoy en el baño de las
mujeres y al baño de los varones no puede entrar!
pero dan una cinta linda y se queda
a verla y se oyen gritos de pescaditos que llegan
lejos y mamá «qué mal se porta ese
pescadito, no quiere a nadie, que se murió el tío y
el pescadito no lloró, se volvió a
jugar». Y no grito porque se abre una puerta: el
gitano entra, viene caminando
despacio, agarra a una nena robada, y ¿le pega una
cachetada? ¿le baja las bombachas
y le da unos chirlos en el traste? no, el gitano es
malo, se baja los pantalones y los
calzoncillos, le mete el pito en la cola a la nena y
cuando la pobre nena ya no se
puede mover se la pasa por los pelos y poco a poco
se la va comiendo toda, primero
una pierna, después una mano y la otra pierna y el
culito gordo. Y atada a un carro
cerca de los caballos está la Shirley Temple. Pero
yo no soy un pescadito malo, yo
soy un pescadito bueno y le desato la soga y la
Shirley Temple se escapa. Porque yo
voy a ser bueno como la Shirley. Las ventanas del
colegio son muy altas pero le voy a
decir a mamá que cuando salga de compras se ponga en
puntas de pie y va a alcanzar
a verme en la clase, tiene que pasar todos los días,
se lo voy a hacer jurar a mamá, y
yo le prometo que me porto bien, y a la salida me
viene a buscar. El día de mi
cumpleaños nos compramos una torta y después vamos
al cine a ver una cinta de
bailes y si me vienen ganas de hacer pis me lleva al
baño de las mujeres ¡y ya dije
una mentira! que fui al baño de los varones,
entonces no puedo ir al baño de las
mujeres, porque entonces me crece la colita y por
suerte los chicos en el patio del
cine pueden hacer pis y nadie les dice nada, aunque
el chorrito de pis hace un hoyito
en la tierra y queda el patio con algunos charcos de
barro y mamá mira donde va
pisando y no pone el pie en el barro y yo me pongo a
hacer pis… si no está la nena
grande del vestido duro que pincha… y es mala… y
puede agarrar barro de los
charquitos y me pinta la cara de negro… pero yo me
escondo en el baño de las
mujeres y la nena me alcanza y de penitencia me pone
una pollerita por haberme
metido en el baño de las mujeres… ¡mami! ¿ya empezó
la cinta y está oscuro adentro del cine? mami me estará esperando adentro
sentada en la butaca ¡entonces yo grito
para que me venga a salvar! «¿quién es esa negrita
que está gritando? ayer gritaba un
pescadito que se escapó y el dueño vino y lo metió
en la pecera, y ahora se llevan a la
negrita que se escapó y tiene que ir a cuidar al
pescadito y los dos van a llorar toda la
noche y mejor cierro la ventana porque lo van a
despertar a Berto, que los ruidos lo
ponen nervioso». La negrita y el pescadito están en
el corral del gitano. Están negros
de tierra y barro y pelos de cola de los caballos.
Los portones están cerrados con llave
y pasador. Y ya está empezando la cinta de bailes y
mamá está triste porque yo me la
voy a perder, el primer número no es el más lindo,
es un zapateo y nada más, el
número más lujoso de todos es al final ¿cómo será el
número más lujoso de todos? se
sube el telón y queda otro telón brilloso y se sube
ese otro telón y ya queda el último
telón que quiere decir que ya va a empezar el baile
más lujoso de todos y yo no me lo
pierdo: ¡qué viento fuerte! y un portón se abre por
el viento tan fuerte y se escapan la
negrita y el pescadito, qué suerte, corren lo más
ligero que pueden porque el gitano
los sigue y la negrita y el pescadito tienen que
saltar la laguna del Parque Municipal
ancha de agua sucia negra y pegan un salto pero son
chiquitos y se caen y el gitano
no los ve porque cayeron debajo del agua negra y el
gitano sigue corriendo y nunca
nadie más lo volvió a ver. Cuando ya están todas las
bailarinas en fila es el principio
del último número, todo va a quedar dibujado en los
cartoncitos: la cinta más lujosa
de toda la colección, pero mami sale triste del cine
porque yo no estoy. Mamá lloró
una vez que íbamos los dos caminando por la calle
pero no me acuerdo por qué.
¿Cuándo? ¿Por qué lloras, mami? no me dice, pero la
negrita y el pescadito están
muertos flotando en la laguna, y por suerte después
que se estrelló el avión Ginger
Rogers y Fred Astaire bailan transparentes en el
recuerdo, que ya no los separa nadie
más: ni la guerra ni nada, cuando mami se levante de
la siesta le voy a decir que no
hice ruido y me porté bien. La Felisa nunca más me
dio una cachetada porque me
porto bien. El pescadito y la negrita después de
muertos van a estar transparentes en
el cielo pero no quiero que mamá los dibuje en los
cartoncitos, van a quedar feos
transparentes todos sucios ¿un pajarito es más
lindo? ¿se murió algún pajarito? ¿el
canario del chico de enfrente? ¡no! ¡mami no lo va
dibujar! otro pajarito, en el
recuerdo, que está transparente en el cielo,
entonces mami se da cuenta que está
muerto y todos los días cuando volvemos del cine
miramos para arriba cerca de las
plantas de peras y le contamos la cinta, quién
trabajaba y los números de baile, que
así no se queda con las ganas de verlo: alto desde
las nubes se ve todo chiquito en
Vallejos, y el gitano ya no está más en el corral.
Lo mejor es estar en las nubecitas
con los otros pajaritos de la Ginger y jugamos todo
el día, la maestra con el puntero
está chiquita abajo en la escuela, y la Pocha en la
cocina con la tía. A las nubes llegan
nada más que los pajaritos, que se comen migas
grandes de tortas que les manda la
Felisa ¿y nada más? no, porque no hay pájaros negros
grandes como gatos con picos
de gancho, se lo voy a hacer jurar a mamá.
…………………
FRAGMENTOS DEL
CAPITULO V
TOTO, 1942
Rita Hayworth en Sangre y arena canta en castellano y a papá le gustó, que ese día
era a
beneficio de la Sociedad Española: el gallego
Fernández vino a casa a vender
entradas y papá se compró para él también. A papá no
le va a gustar, ay qué miedo,
no le va a gustar, y ¡sí! muchísimo, que salió
contento de haber ido y «ahora voy a
venir siempre con ustedes al cine», que viendo la
cinta se había olvidado de todas las
cuentas del negocio, y salíamos del cine caminando y
papá decía que le gustaba Rita
Hayworth más que ninguna artista, y a mí me empieza
a gustar más que ninguna
también, a papá le gusta cuando le hacía «toro,
toro» a Tyrone Power, él arrodillado
como un bobo y ella de ropa transparente que se veía
el corpiño, y se le acercaba para
jugar al toro, pero se reía de él, que al final lo
deja. Y a veces pone cara de mala, es
una artista linda pero que hace traiciones. Y decime
papá todas las otras partes que te
gustaron, cuál artista te gusta más. ¿Rita Hayworth?
y así íbamos a hablar toda la
cena de la cinta, ¿y no sería como verla de nuevo? y
mejor todavía era si íbamos a la
confitería «La Unión» tomando un cívico con
sánguches, que si pasan Alicita y la
madre yo quería que lo vieran a papá que estaba todo
vestido con la camisa blanca y
el traje azul marino que nunca se pone, y la cara
linda sin la barba y el pelo con
gomina. Y ya se lo estaba por decir que fuéramos a
la confitería pero en la esquina del cine estaban los empleados del negocio y
lo empecé a tironear a papá pero agarró
para donde estaban ellos y a decirles que fueran a
ver la película y que por radio
transmitían la pelea del campeonato, y el campeonato
y el campeonato, y yo le dije a
mamá que fuéramos a la confitería y mamá me miró que
me callara, que si íbamos
teníamos que invitar a todos y pagarles y yo se lo
iba a decir lo mismo a papá sin que
me oyeran los otros pero papá les dijo que vinieran
a casa que algo comían, unos
chorizos y un poco de vino y escuchaban la pelea y
nada más que hablar de la pelea y
esos tontos por la pelea no fueron a ver a la noche Sangre y arena que si íbamos con
papá a la confitería hubiese sido lo más fantástico
que hay, comiendo los sánguches
de miga que son los más caros. Y después no volvió
más a ir al cine, que dice que
aunque vaya se le pasan por delante todas las cuentas
del negocio con los pagarés y
los vencimientos y no ve la cinta. Pero Sangre y arena la había podido ver. ¿Le gustó
Sangre y arena a la maestra de primer grado? ganas de ir a
convidarla con caramelos
y mamá no me dejó. En las butacas de más atrás de
todo con el marido de la nariz
torcida. Llegué tarde al colegio el primer día de
clase que hasta última hora me
parecía que tenía ganas de hacer caca, primer grado
y estaba la maestra con el
guardapolvo apretado de cinturita de corsé de Lo que
el viento se llevó y los tacos en
punta de pies y los rulos y la cara linda de las
bailarinas que bailan en fila, no la cara
traicionera de Rita Hayworth: papá dice que es la
más linda de todas. Voy a escribir
en letras grandes R. de Rita y H. en letras grandes,
le dibujo de fondo un peinetón y
algunas castañuelas. Pero en Sangre y arena
traiciona al muchacho bueno. No quiero
dibujar R. H. en letras grandes. Y ya estaban
empezadas las clases y «niño pase al
pizarrón» que de lejos parecía negro lisito pero de
cerca era lleno de pozos. La
maestra con la mano de ella me lleva la mano y
quedaron en el pizarrón dibujados los
palotes, y por ahí me soltó la mano que en la mano
tenía un anillo tan grande la
maestra y le vi los dientes porque se estaba riendo
y quedó dibujada otra fila de
palotes en el pizarrón. Mamá no se quiso nunca poner
los tacos altos como ella y yo
no me daba vuelta a hacer bochinche con los chicos,
siempre hay que mirar a la
maestra, pintados los ojos con las cejas de hilito y
los rulos negros en la frente con la
peineta de piedritas y todas las vueltas del
delantal y los tacos altos en punta de pie,
que con brillo de dorado en los aros y el anillo,
brillo de piedritas en la peineta y
brillo de ganas de comer de dulce de ciruela en los
dedos de los pies pintados con
esmalte. Y en el cine siempre de lejos la saludo y
ella me hace una risita y mamá no
quiere nunca acercarse a quedarnos parados charlando
un rato con la maestra de
primer grado.