FRAGMENTOS DE ARTÍCULOS Y DE ENTREVISTA A M.L. BEMBERG SOBRE LA PELICULA “DE ESO NO SE HABLA”
https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/cine/senora-nadie-25-anos-su-muerte-se-nid2361854
Tres años después del estreno de Yo, la peor de todas llegará su última película,
titulada De eso no se habla. Un film muy especial, adaptado del
cuento de Julio Llinás por la directora y el guionista Jorge Goldenberg:
"Un contenido esencial para el ser humano: la soledad, la pasión, la
soberbia, la libertad y el destino", definió María Luisa a su obra con
aires de fábula. Los detalles de este trabajo se actualizan en el sensible
documental de Tomás de Leone Un sueño hermoso -disponible
en Cine.Ar Play- que reconstruye el derrotero de su protagonista Alejandra
Podestá. En otro documental, Yo recuerdo, a Marcello Mastroianni se lo ve bailar con Podestá,
de cuyo personaje se ha enamorado, y cuyo enanismo es el secreto al que alude
el título del film. "Ubiqué esa escena justo después del momento en el que
él ironiza sobre la etiqueta del "latin lover", dijo la realizadora
de Yo recuerdo, Ana María Tató, a LA NACION cuando lo
presentó en el Festival de Cannes en 1997.
………………
http://www.cinelibre.ch/download/bemberg_libretto.pdf?PHPSESSID=85d7a9a5b604ad275f05
Desobediencias y rebeldías en el cine de María Luisa Bemberg
Gabriela Well
De eso no
se habla cuenta la
historia de Carlota, una mujer diferente que lleva al límite el mandato
genérico para terminar desertando tanto del rol de hija como del de esposa. Más
allá del carácter alegórico del film, sobre el que nos detendremos más
adelante, el personaje de Carlota no sólo niega la identidad derivada de la
mujer sino que asume una identidad diferente, por lo que nos parece ver aquí –y
sólo en este film– algo más que la pura inversión. La novedad que introduce la
protagonista femenina del último film Bemberg es la reivindicación de la
diferencia y de las identidades múltiples.
….
Si tomamos globalmente la filmografía de María Luisa Bemberg y
atendemos a su cronología, parece advertirse un proceso de aprendizaje que
queda trunco con la muerte de la realizadora. Efectivamente podemos realizar un
paralelo entre su producción cinematográfica y la producción teórica de la
crítica feminista: de la denuncia y la reivindicación a la postulación del
derecho a la diferencia. Ese es el curso que siguieron sus filmes, desde Momentos
y Señora de Nadie, más apegadas a la proclama y la reivindicación, hasta De
eso no se habla. Esta película merece una especial consideración, en la
medida en que la alegoresis funciona como punto cúlmine de este planteo: Carlota,
a quien su madre pretenciosa llama Charlotte, es visiblemente diferente, es
enana; su madre insiste en negar esta realidad y cuando se ve obligada a
reconocerla decreta que “de eso no se habla” y
si no se nombra, no existe. Carlota es criada entonces como una princesa y
hasta logra casarse con el soltero más codiciado del pueblo. Todo parece
funcionar según lo establecido, lo que incluye la doble moral de su madre y de
la mayoría de los personajes de la historia, pero Carlota padece una tristeza
incurable, a pesar de que ha logrado desarrollar al máximo ciertas
transgresiones como la destreza física, una intensa relación con el saber y
habilidades artísticas. La insatisfacción de Carlota persiste, ante la
incomprensión de quienes la rodean que
creen que ella lo tiene todo. Un buen día, decide abandonar, sin remordimiento alguno,
a su madre, su esposo y su pueblo y se marcha con una troupe de circo. El
planteo revela cierta inevitabilidad del ser uno mismo, pero sobre todo
muestra la posibilidad concreta de ser diferente y de buscar un espacio propio.
…
Carlota es un personaje que crece con el desarrollo del film y que
condensa el crecimiento de la gran imaginera detrás de la cámara.
Efectivamente, De eso no se habla parte pintando una serie de relaciones
funcionales al sistema sexo-género hegemónico y de distribución jerárquica y
tradicional del poder: en su relación con la madre, con los amigos, con los
maestros y con su marido, Carlota va respondiendo a las expectativas
hegemónicas hasta la ruptura, repentina y total, con este sistema. Lo novedoso
del film es entonces no sólo la transgresión (Carlota deserta de su rol de
hija, de esposa, de miembro mismo de esta sociedad), sino la multiplicación de
la diferencia, en el sentido de que aquí se violan las estructuras
fundamentales de las relaciones de género: el sistema de los sexos, la
distribución del poder, los roles atribuidos, la posesión del saber, la
estructura familiar, la autoridad del sujeto masculino, la moral y el estilo de
vida aceptables. Todo esto se sintetiza en las escenas finales, en particular
en el desfile del circo. Como vemos, el problema de la victimización como
consecuencia inevitable de la transgresión no tiene, en estas películas, una respuesta
uniforme: en Momentos, Lucía transgrede, no se hace cargo del papel de víctima
en la que se intenta colocarla y regresa al punto de partida, pero con una
transformación interior. En Camila, en Miss Mary y en Yo, la peor de todas, la
transgresión empuja a las protagonistas hacia el terreno de la víctima, pero de
distinta manera: Camila se rebela una y otra vez hasta que al final, queriendo
huir, no lo hace para no abandonar a su amor; Mary transgrede y termina
yéndose, en una especie de autoinmolación; mientras que Juana se recluye, como
último acto de resistencia. En Señora de Nadie se presenta a Leonor como la
figura de la víctima femenina para negarla y superarla en una nueva alternativa
y en De eso no se habla se supera el sistema sexogénero y se recupera la figura
de la transgresión hacia la multiplicación de las diferencias: no sólo de sexo,
de clase, de generación, también de deseos y expectativas; a la figura de la
víctima se le opone el complejo concepto de ser uno mismo, de la libertad
individual.
…………………………..
ENTREVISTA A M. L. BEMBERG (LA NACION- 16 de mayo 1993)
“Puedo decir que Charlotte, la hija de Luisina Brando en el
film, es metáfora de quienes se saben
diferentes de los demás, convertida en fuerte alegato por el derecho a la
diferencia.”
Segura M.L Bemberg reconoce que “De eso no se habla” es la mejor
película de su filmografía: es la que tiene más libertad, -admite- “con un
vuelo que la acerca a la poesía”…
…sentí en todo momento estar caminando por una cornisa afilada, al no querer faltarle el
respeto a un ser que amo y admiro por su coraje – Bemberg se refiere a
Alejandra Podestá, la actriz enana del film – por su capacidad de entrega y por
haber asumido representar un papel en el que se mezclan dolorosamente ficción y
realidad.
Charlotte es un ser libre que no se deja vencer por la adversidad
ni deja que nadie mande sobre ella. La desobediencia es la libertad de no
dejarse someter y la libertad es el tema de todas mis películas.
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